jueves, 10 de diciembre de 2015

El desayuno del cormorán grande. Phalacrocorax carbo.


El desayuno del cormorán.  

Nos encontramos en una de las orillas del río Arga a su paso entre las localidades de Peralta y Falces, río de unos 150 km, que nace en el collado de Urquiaga y desemboca en el río Aragón, a pocos kilómetros de donde nos encontramos. Todo su recorrido se produce por territorio navarro.

Panorámica del río Arga.

Desembocadura del Arga en el Aragón.
El río que recorre la foto de izda. a drcha. es el Arga.

A nuestra espalda quedan los acantilados de Vallacuera y sus cuevas,

Detalle de los acantilados de Vallacuera.

Zona densamente ocupada por el buitre leonado, gyps fulvus.


Buitre leonado, gyps fulvus.


Junto al río, se encuentran los antiguos meandros, que ahora se están acondicionando para el visón europeo y que forman una serie de  humedales bastante ricos en avifauna y donde se halla a la perfección nuestro protagonista. Goza de ríos y humedales donde abunda y no les falta el alimento,

 
Soto de Santa Eulalia.

La acción ocurre el 23-10-2015.
 Mientra me encontraba en una orilla del Arga, a la espera de poder fotografiar alguna ave del entorno, y a una hora bastante temprana, ví pasar una bandada de unos 200 cormoranes río abajo en dirección hacia Peralta. No le dí mayor importancia, mucha veces se ven bandadas que van o vienen de los dormideros, excepto por el elevado número de individuos que la componían.

Cormorán. Phalacrocorax carbo.

Al poco rato de la pasada de la bandada, empecé a escuchar como cierto tipo de aves hacían su entrada en el agua. Eran los cormoranes, que ahora, corriente arriba y en dirección hacia Falces, iban posándose sobre el agua.



Momento en el que llegan a mi altura y empiezan a amerizar.

Su estrategia era clara, ir entrando en el agua a la vez que se espanta a los peces corriente arriba y mediante largos buceos, ir capturando todas las presas posibles.

 
Entrada a bucear.


Detalle.

Los individuos que se iban quedando atrás, volvían a ponerse en cabeza de pelotón, y así sucesivamente.



Los ejemplares de atrás volviendo a pasar hacia adelante.

No hace falta decir que el número de capturas fue elevadísimo. Conforme hacían su captura, se colocaban la pieza en la boca y se la tragaban, para acto seguido volver a la cabeza de pelotón y volver a intentarlo,




Algunas capturas.


La acción fue más rápida de lo que nos podemos imaginar. Así fueron remontando el río hasta que los perdí de la vista. No se donde empezaron y donde acabaron. Los peces no debieron de tener muchas opciones. O pelear contra la corriente, o intentar escapar de la voracidad de los cormoranes esquivándolos y escondiéndose por las orillas entre las ramas y los juncos.



El vuelo del cormorán.

Después y a lo largo de la mañana, fueron pasando individuos sueltos o en parejas y tríos, dirigiéndose en cualquier dirección, e incluso algunas se posaron en los chopos, cerca de donde me encontraba, para secar el plumaje y digerir bien las capturas.


Secando el plumaje.

Fue algo espectacular, digno de ver y ser testigo de ello hace que mi pasión por la naturaleza crezca más, si cabe.
La secuencia entera de fotografías y en orden, tal y como iba sucediendo, la podeis ver en la página de facebook, Fauna y flora de Peralta, en el álbum, el desayuno del cormorán. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario